MUSICA

domingo, 30 de agosto de 2009

POETA Y NAVEGANTE


En el dulce embrujo de tus ojos,
danza mi alma enamorada,
y si me sonríes me apasiono,
ansiosa por dejarme acunar por tus palabras.

Es fuego puro el que recorre mis venas,
cada vez que tu beso mi boca aprisiona,
despertando los sueños que dormían,
esperando aquel que a la vida los llamará.

Y te veo, mi poeta-navegante,
que recorres los mares de mis horas,
capaz de romper cualquier escollo,
que quiera apartarme de mi sombra.

Me entrego a la magia de tu vida,
que dibuja en mi piel caricias que antes no tenía,
segura que al beber de la miel de tus secretos,
como el Ave Fénix renaceré de mis cenizas.

TENGO MIEDO A ENAMORARME


Tengo miedo a enamorarme nuevamente,
dejar mi pecho al descubierto,
con el corazón incapaz de defenderse,
de la poderosa flecha del amor.

Ver como crecen mis inquietudes y ansiedades,
sin poder escapar del mágico embrujo,
que es el rumor del eco apasionado,
de aquel que llama y enamora.

Tener el cuerpo palpitante y deseoso,
de esas caricias que en sus manos se adivinan,
la boca anhelante de sus besos cálidos,
que al rozarme se robarán mi alma suavemente.

Tengo miedo de enamorarme nuevamente,
dejar el llanto libre huir de mis ojos,
mientras su mirada en mi se detiene,
encadenándome a él para siempre.

Tengo miedo de volver a entregarme,
a la mágica sensación que es posible,
sentir correr por mis venas,
la felicidad junto a mi sangre.

Tengo miedo, y ahora lo sabes.
Trátame dulcemente
.

LA DANZA DEL AMOR

Te acercas a mi tan lentamente
Que cada décima que tardas me duele muy adentro,
Y al ver crecer tu deseo,
Enrojezco al imaginar lo que vendrá.

Tu mirada se apodera de mis ojos,
Y en el mar de su brillo me pierdo,
Mientras tus manos cruzan el breve espacio,
Que nos mantiene lejos.

Siento el latir salvaje de mi corazón,
En el centro de mi pecho,
Y me deshago en suspiros,
Al adivinar la proximidad de tu beso.

Tu sombra muy junto a la mía,
Danza al ritmo de la pasión que crece,
Quisiera gritar lo feliz que me siento,
Pero solo puedo llorar sobre tu pecho.

Giran y giran nuestros cuerpos,
Dulce aroma de amor bendito,
Besos largos, caricias de fuego,
Y el gozo total de sentirnos eternos.

TUS OJOS

No me preguntes porque amo tanto
esos ojos tuyos,
porque no sabré que responderte,
mi dulce duende mágico.

No es la inmensidad
de tus pupilas,
ni su color que me recuerda,
la profundidad de la tierra.

No es la extensión de tus pestañas,
ni el dibujo perfecto de tus cejas,
que los cubren y protegen.

No es la dulzura con que me miras,
cuando me descubres entre la gente.
Ni el lento descender de tus lágrimas,
cuando lloras conmigo.

No me preguntes porque amo tanto
esos ojos tuyos…
que me tienen de su brillo
eternamente prisionera,

Quizás sea que me veo con amor
en tu mirada reflejada.

Y eso es para mi suficiente.

EL IDIOMA DEL AMOR


Satisfecha dejo caer mi cabeza,
sobre tu pecho agitado,
y maravillosamente extasiada,
busco mi reflejo en tu mirada.

Aún mis labios guardan,
el recuerdo salado de tu piel,
pero cuando me robas un nuevo beso,
lo salado se vuelve miel.

Estremecida aún por los recuerdos,
de cada momento vivido,
suspirando me cobijo entre tus brazos,
confesándote mi amor.

Sonríes,
y el sol de la mañana se retira avergonzado,
me abrazas calidamente,
y tu calor me vuelve a encender.

Sobran las palabras entre vos y yo,
porque hablamos el mejor idioma,
el del amor.

APASIONADO MOTIVO


Es tan alto que sus dedos,
acarician el cielo de mis días,
transformando un instante en eterno,
y un siglo en fugaz segundo.

Me apasiona, me encanta, me estremece.
Es fuerza vital que me envuelve,
llamándome a vivir para siempre,
en un mundo maravilloso y diferente.

Es como el mar… excitante.
un constante misterio a develar,
su pecho es playa segura,
donde dulcemente me puedo abrigar.

Es fuego puro que me quema y me sana,
es magia y música…
Capaz de robarme el corazón con un beso,
y con un te quiero llevarme a volar.

Es mi apasionado motivo…
Es la fuerza creadora de mis versos,
del suspiro lento que escapa de mi boca,
y de mis primeras lagrimas de amor.

DEJAR ATRÁS LA TRISTEZA



Los rayos de luna que se reflejan en el espejo,
le ponen brillo de plata a mi oscuro cabello.
Mientras me pinto la boca,
descubro una ligera sonrisa en mis ojos.

A lo lejos se puede sentir la risa de los niños,
jugando en el patio,
y la música que escapa muy fuerte,
de la radio del vecino.

Unas gotas de perfume y una última mirada.
Y salgo de mi cuarto pidiendo con voz firme,
que nadie me espere despierto,
porque hoy vuelvo tarde a casa.

La brisa acaricia mi cara,
y un extraño temblor me estremece…
Algo muy dentro de mi…
duele.

Con esa quietud interior,
llego donde él me espera.
Abre la puerta y me mira,
y sin decir palabra me besa.

Mientras lo hace me digo…
que esta bien…
dejar en un cajón por hoy olvidada…
la tristeza.